El aislamiento social se refiere a la ausencia o insuficiencia de lazos familiares y de amistades o vecinos, tanto por falta de contacto, como por falta de alguien cercano o alguien que pueda brindar algún apoyo. El sentimiento de soledad se trata de una experiencia más subjetiva, de sentirse solo, excluido o alejado de otras personas.
Los datos de la Encuesta indican un aumento del sentimiento de la soledad de las personas mayores, sin embargo, se ha mantenido el riesgo de aislamiento social.
Quienes tienen un menor nivel educacional, los mayores de 80 años, quienes tienen peor percepción de salud y las mujeres, tienen mayor riesgo de aislamiento social y mayor sentimiento de soledad.
En este contexto, surge la pregunta por los factores predictores del aumento de soledad en las personas mayores, encontrándose que las personas que no tienen pareja y que viven solas tienen mayor sentimiento de soledad. Además, las personas que perciben disfunción familiar, baja percepción de disposición de apoyo social e insatisfacción de necesidades de afecto y cariño, tienen mayor soledad.
Las mascotas aparecen como protectores contra los riesgos de aislamiento y soledad, y también contribuyendo a una mayor sensación de bienestar.