La percepción de tener ingresos suficientes aumentó sostenidamente desde el 2007 al 2016, bajando el 2019, y volviendo a subir significativamente en el 2022. Los hombres, los de más edad y los que tienen más educación son quienes más reportan tener ingresos suficientes. Sin embargo, independiente del género, edad y nivel educativo, la mayoría tiene la percepción de tener ingresos justos.
Las fuentes de ingresos son principalmente la jubilación y pensiones estatales, notándose el aumento de estas últimas en el 2022.
Respecto a la vivienda, la mayoría de las personas mayores son, o su cónyuge, dueños de alguna vivienda, ya sea en la que viven actualmente o de otra que tengan en arriendo o préstamo. Sin embargo, en el 2022 se presenta una baja respecto al 2019, pasando de 81% a un 74% de personas que sí son dueñas de una vivienda completamente pagada, y aumentando quienes no son dueños, de un 15% a un 22%.
Sobre deudas, la minoría de las personas mayores tiene deudas, y las más comunes son préstamos de alguna caja de compensación, préstamos de bancos y plazos vencidos de tarjetas.
La participación laboral se ha mantenido estable en alrededor de un tercio y los que más realizaron trabajos remunerados fueron los hombres, los más jóvenes y quienes tenían más educación.
Por otra parte, la mayoría de los encuestados trabajó remuneradamente 5 días a la semana (42%), y la mayoría de las personas mayores que trabajan son trabajadores por cuenta propia (55,6%).
Otro dato relevante es que la principal razón para trabajar entre las personas mayores es por necesidad económica, tanto entre los trabajadores dependientes como entre los independientes. No obstante, entre los que están trabajando existe una alta disposición a seguir trabajando aun cuando no tuvieran una necesidad económica (71%).
En cuanto a quienes no trabajan, la principal razón para no trabajar es la salud o impedimentos físicos. Sin embargo, esta cifra bajó en el 2022 respecto a los años anteriores, aumentando quienes dicen no estar trabajando porque no tienen necesidad económica.
Por otra parte, en el 2022, la mayoría de las personas mayores, 71%, no estaba disponible para empezar a trabajar.