La amplia mayoría vive acompañada, mientras que un 23% vive solo, cifra que se ha ido creciendo levemente en el tiempo. La coresidencia con pareja, hijos y nietos es relativamente alta en Chile, pero ha ido disminuyendo con el tiempo.
En cuanto a la percepción de obligaciones familiares, desde el 2013 se puede observar un aumento progresivo de la percepción de que no siempre es obligatorio cuidar a los nietos si lo necesitan. No obstante, esta menor percepción de obligación no se ha traducido en una baja en el cuidado efectivo de nietos.
Se observa una baja en la percepción de “buen funcionamiento familiar”, dada especialmente por una disminución de la satisfacción sobre la manera en que su familia y el adulto comparten tiempo juntos y como su familia acepta y apoya los deseos de realizar nuevas actividades.
Adicionalmente, se puede observar una baja de la percepción de apoyo social desde el año 2019 al 2022. Sin embargo, los apoyos recibidos y brindados de y hacia hijos y amigos o vecinos, han aumentado desde 2019 a 2022. Es decir, hay una percepción de menor disposición de apoyo social, pero en un contexto de aumento de los intercambios de apoyo.
En cuanto a la percepción sobre la responsabilidad de la familia y del gobierno en la provisión económica y de cuidados de las personas mayores, se observan algunos cambios. La importancia de la familia en el cuidado se mantiene y hay una relativa baja adhesión a la familia como la principal proveedora económica. Disminuye la opinión de que es principalmente el gobierno quien debe tener la responsabilidad de proporcionar apoyo económico a las personas mayores. La contraparte es el aumento de la opinión de que ambos familia y gobierno tienen dichas responsabilidades.